I like music that sounds like shit
Mi boutade favorita siempre ha sido decir: “Es que canta demasiado bien”. Shout outs, Dollar Country por esta pegatina, que creo que comparte lo mucho que me da igual que algo suene bien, o los virtuosismos. Especialmente los vocales, que me causan más rechazo que otra cosa. En esta newsletter aparte de alguna cosa que suena un poco así, hay varios drones, un par de veces sale la palabra ‘rave’, también hay una película con mucho grano y más documentales de lo habitual. Un poco de cosas jipis, un poco de patinadores haciendo el gamba y un poco de “ya no se hacen revistas como antes”.
El terror: instrucciones de uso
La película de terror polémica del año es ‘Skinamarink’. Aunque en mi cabeza unas veces se llama ‘Skinamariki’, otras Skunk Anansie, pocas veces SkunkFunk, pero unas cuantas Enter Shikari (que a su vez siempre fueron Enter Shakira). Supongo que la polémica viene por que sería más apropiado que la pusieran en Metropolis que en Noche de Lobos. Referencias solo entendibles por gente de más de 200 años. ¿Es un poco larga? Sí. ¿He dado alguna cabezada viéndola? Sí. ¿Los jumpscares son, aunque efectivos, un poco tontorrones? También. Y a pesar de eso, me ha gustado. Y bastante. Al margen de que la idea de intentar rodar un pesadilla me parece buena, de que me ha parecido muy inquietante en muchos momentos, y de que la atmósfera está muy guay, me han gustado dos cosas: las geometrías de la casa y la perspectiva, caballera. Soy literalmente el del meme pero con barba y medio calvo:
Y dos: la sensación de que es como estar metido en un drone. Como estar dentro de un disco de Sunn O))), de Earth (salen más abajo), de William Basinski. Y de regalo otra razón: está todo muy poco explicado, todo queda muy en el aire, el espectador tiene que poner de su parte. No la voy a comparar con ‘El año pasado en Marienbad’, que es un clásico y patatín patatán y alguno se enfadaría, pero no todas las películas tienen que ser para todo el mundo, ni para cualquier momento. Y poner de tu parte, construir el relato, llenar huecos es parte de la gracia del cine. Imagino que Filmin ha buscado la polémica de manera parecida a este anuncio cuando estrenaron la de Alan Resnais:
Cinco documentales de música
He echado cuentas y llevo, por lo menos, 20 años yendo al In-Edit. El primero que recuerdo es de una edición que hicieron en el colegio mayor San Juan Evangelista, en Madrid. Lugar donde, además de emborracharse la gente hasta desmayarse, en tiempos hacían bastantes conciertos y proyecciones. Allí vi a Low por primera vez, o a Anthony Braxton cuando no entendía nada de jazz. Habría visto a John Zorn pero canceló. A aquel In-Edit de 2003 fui a ver ‘Space is the Place’ de Sun Ra, y uno de Nick Drake que ya entonces parecía pocho. Puede que algo más viese, pero no me acuerdo. Ahora en Madrid creo que no se hace, y el shock cultural al llegar a Barcelona no fue solo el lío entre ir y venir, fue ver que el In-Edit aquí es una semana y hay tropecientas películas. Este año ‘solo’ he visto cinco, pero bien elegidas, prueba de ellos es que no sale Dave Grohl en ninguno de ellos, y Thurston Moore apenas un ratet en uno y casi no molesta.
Recomiendo mucho ‘Deep Listening: The Story Of Pauline Oliveros’, como documental es normal, pero a mí es que la figura de Pauline Oliveros me fascina y conocía menos de lo que pensaba. En vez de poner el trailer, pongo una de las postales que hizo con Alison Knowles y de las que hablan en el documental. Si quieren saber más de esto, hay un artículo en Wire de Louise Gray. También me gustó mucho ‘Free Party: A Folk History’, que diría que dan ganas de agarrar un camión y un soundsystem para recorrer Inglaterra de rave en rave, pero yo soy más de ver estas cosas sentado en una sala de cine, no les voy a engañar.
Grabado en super 8, ‘Even Hell Has Its Heroes’ se sale bastante del documental habitual y consigue que el retrato de Earth y de Dylan Carlson sea un poco como meterse en sus discos. No voy a decir meterse otras cosas porque en esta casa somos muy de las drogas en el plano teórico y cero en el experiencial. Es la segunda vez que en esta newsletter sale la sensación de estar dentro de un drone. Y lo digo como piropo. Sin duda.
Vi también el de Morton Subotnick, que cuenta cosas parecidas al de Pauline Oliveros pero es bastante menos interesante. Aunque los diálogos con Ramón Sender y Joan La Barbara están bien. Y para acabar el de Elephant 6, que es bastante simpático, como siempre lo fue el colectivo capitaneado por Neutral Milk Hotel, Apples in Stereo y Olivia Tremor Control.
Hostias como panes
No sé mucho de Joseph Shabason. El ALGORITMO me lo cuela a menudo porque “sus fans también escuchan a”: Jonny Nash, Suzanne Kraft, John Carroll Kirby o Sam Gendel. Ya saben medio ambient, medio jazz entre amigos, medio chill, medio muzak, medio para tener de fondo mientras lees, medio que no molesta durante la cena, medio que no te enteras de lo que suena si estás hablando con alguien. Esto parece una crítica, y en gran parte lo es, pero reconozco que a veces me vale. Joseph Shabason supongo que patinaría en su juventud, y ha decidido ponerle banda sonora a uno de esos videos de los 90s, y cada canción acompaña a un patinador. Menos aquel de Unsane de los trompazos, que pongo abajo, los videos de skate me parecen algo muy relajante y me hipnotizan un poco. Denle al video de arriba si quieren relajarse, denle al de abajo si tienen ganas de apartar la mirada unas cuantas veces.
Un teletubbie ravero
Fui al Mira hace unos días por Oren Ambarchi y Tirzah, pero salí bastante fan de James Holden, y en esta santa casa estamos atrapados dentro del último álbum del jefe de Border Community: ‘Imagine This Is a High Dimensional Space of All Possibilities’. Y sin ganas de salir. Mi canción favorita del disco es ‘In the end you’ll know’, pero como hoy solo comparto vídeos, y el teletubbie ravero de éste me hace bastante gracia, allá va ‘Common Land’:
Unas cuantas portadas de BYTE magazine
Había visto alguna portada de la revista de informática BYTE, pero nunca me había parado a mirarlas en conjunto. No sabía que había alguien detrás con una visión y un estilo muy claros. Esa persona es Robert Tinney y en el substack de abajo hablan de él, y me ha servido para darle un poco de contexto: