Rastreando los megahercios
Un disco de POP, una película de los directores de Howard el pato, un formato olvidado, un podcast muy favorito, un sonido, un fanzine, unos ñoquis y un órgano
Se habla poco de Prefab Sprout. Aunque puede que se escuche mucho, imagino que sus hits de hace 39 años seguirán sonando en M80 y en el resto de la FM nostálgica. Pero se habla poco de lo buenos que son tanto sus discos antiguos como los más “recientes” (comillas porque el último es de hace 5 años y es, en realidad, una reedición de uno de 2003). Apenas se habla del compositor brillante que es Paddy McAloon ni de lo que mejoran esas FMs nostálgicas cuando suena una canción suya. Seguro que somos más de los que parece los que nos acordamos de él, pero sus problemas de salud y su poco gusto por grabar –“Entre grabar y pasear, elijo pasear”, le dijo a Juan Manuel Freire hace unos años–, hacen que no se prodigue mucho. Algo, pero poco, se habló de él cuando se reeditó ‘I Trawl The Megahertz’ en 2019. No es un disco fácil, lleno de hits como ‘Steve McQueen’ o ‘From Langley Park To Memphis’. ¿Se puede calificar con esa etiqueta horrible de sofistipop? Supongo que sí, pero en este disco lo lleva más lejos, y se podría hablar de pop orquestal a pesar de que con ese título podría ser un disco de High on Fire. En general, poca cosa me da más pereza que un grupo de pop o rock (de heavy ya ni te cuento), que usa muchas cuerdas, muchos vientos, mucha orquestación, muchas cosas (más adelante en este boletín, uno de los culpables de esto). Pero como es humano contradecirse, tengo debilidad absoluta por este disco de Prefab Sprout, casi más cercano a la clásica contemporánea. Y reconozco que tengo mucho cariño a los hits de los 80, por ser temazos y por haber sido una compañía constante desde que era un crío. En mi casa sonaban mucho.
‘I Trawl The Megahertz’ es el primer y único disco en solitario de Paddy McAloon. Debería haber salido como un disco de Prefab Sprout pero nadie confió mucho en él y salió solo una tirada corta en EMI. En la reedición ya sí que Sony lo lanzó como Prefab Sprout. De toda la historia que hay detrás de ‘I Trawl The Megahertz’ no me enteré hasta hace poco. Y esta es que, en 1999, Paddy sufrió el desprendimiento de ambas retinas. Le operaron, pero durante un tiempo estuvo prácticamente ciego. Ahora ve bien, aunque oye mal, tiene el síndrome de Ménière. Incapaz de componer, se refugia en la radio: entrevistas, llamadas a medianoche, emisiones de onda corta, transmisiones militares o documentales. Sin poder componer al piano, se dedicó a grabar lo que oía y empezó a armar un recorta y pega que al final no usa, pero que le sirve de punto de partida para la pieza central del disco. Confiesa que no puede trabajar solo con lo grabado, y termina escribiéndolo, para que Yvonne Connors le ponga voz en el spoken word –una de las razones por las que tengo debilidad por el disco– de 22 minutos del tema que abre ‘I Trawl The Megahertz’. Samples de esas grabaciones de la radio y la televisión se pueden encontrar en otros temas como ‘I’m 49’. Mientras que su propia voz suena solo en ‘Sleeping Rough’.
Desde que salió la reedición, he ido y venido por todas esas cuerdas y esos versos recitados. Unas veces como fondo para bajar el ritmo del día, de la cabeza; otras más atentas escuchando la letra, con sus personajes y su declaración autobiográfica: “I'm telling myself the story of my life / Stranger than song or fiction”. De una manera u otra recomiendo mucho rastrear la sintonía del bueno de Paddy.
Gracias de nuevo a los que han hecho su pequeña aportación a esta newsletter a través del Ko-fi. Si alguno quiere hacer la suya, aquí tiene el enlace:
¿Quién captura a los capturadores?
No soy muy de hacer capturas de películas. Ni de diálogos, ni de escenas. Aunque luego envidio a todos los que sí lo hacen y tienen en la recámara una línea de diálogo que casa perfectamente con la rabiosa –casi venenosa– actualidad. Ya lo dije hace varias newsletters, también admiro a los que se centran en algo muy específico: espacios vacíos, camisones, cartas de asesinos. Viendo ‘Messiah of Evil’ (1973) de Gloria Katz y Willard Huyck, me dieron ganas de parar la película cada dos por tres, minutarla, capturar la sensación de pasmo y el stendhalazo que dan de los escenarios, los colores, el vestuario, el ambiente, las plantas. La escena del supermercado, la escena del cine. Gloria Katz y Willard Huyck son, además, guionistas de ‘American Graffiti’ y de ‘Indiana Jones y el templo maldito’; y directores de ese clásico que es ‘Howard el pato’.









Un formato y un formatito
Como siempre hay alguien dispuesto a recordarnos lo viejos que somos, hace unos días alguien avisó que el ‘Experimental Jet Set, Trash and No Star’ de Sonic Youth cumplía 30 años. Eso significa que muchos vimos por primera vez a Kathleen Hanna, y flipamos, en el vídeo de ‘Bull in the Heather’ hace, sí, 30 años. También que con 15 años me compré en la Fnac de Callao el CD single de esa canción. Revisando la estantería con los CDs que sobrevivieron a la mudanza a Barcelona, veo más CD-singles de los que pensaba: Pavement, Halo Benders, Les Biscuits Salés, Hidrogenesse, Lois, Royal Trux, Smashing Pumpkins, Nine Inch Nails… Qué extraño formato fue el CD-single, qué agradecido para mi precaria economía adolescente, y qué poco recorrido tuvo. En 1996 se vendían 24 millones, y en 1999, 34 millones, pero para 2007 ya era raro encontrarse uno en las tiendas. Las descargas, el streaming y todo eso que nos sabemos de memoria. Lo que me ha asombrado es ver que en 2021 en Inglaterra se vendieron 60.000, de los cuales 11.000 eran de Ed Sheeran. ¿Perdón? Como todo vuelve, también lo hace el CD-single. Lo malo es que viene de la mano del ya nombrado pelirrojo británico, de Coldplay, de Olivia Rodrigo, de Katy Perry o de ABBA. A mí en este revival no me pillan.
¿Se acuerdan de su hermano pequeño, el mini-CD? El mini-CD tenía 8 mm de diámetro –un CD normal son 12 mm– y, según como fuera su reproductor o su ordenador, hacía falta un adaptador para que no se colase en el interior de su reproductor para siempre. Se le llamaba CD de bolsillo o business card CD. De esto me acabo de enterar, pero me parece un nombre bastante simpático. Hubo un tiempo –dos años como mucho– en que el mini CD-r, el grabable, otra vuelta de tuerca, fue el rey del underground, al menos del madrileño. Como muestra, todavía tengo por ahí alguno de Bicicross, Ensaladilla Rusa, Tubular Balls, o Mundo Grúa. Y fuera no sé si fue rey o príncipe o conde, pero también tengo uno de Matmos y otro de Hush Arbors.
Otro episodio de Vigilante que vengo a recomendar
No es la primera, ni la segunda, ni la tercera, ni la cuarta, ni probablemente la última vez que recomiendo el podcast de Vigilante. Si en abril decía no haber acertado con las películas que había visto, este mes ha cambiado mi sensación totalmente. En gran parte, gracias a este episodio de Vigilante dedicado a Satanás, Lucifer, Belcebú, Luzbel, Baphomet. En él, Dr. Insermini, Álex Mendíbil y Julio Prieto hablan de películas que había visto, de algunas que han elevado mucho el nivel de mis últimos visionados – ‘Beyond the door’ , ‘Manhattan Baby’, ‘Don’t deliver us from evil’, ‘Alucarda’–, y de unas cuantas que están ya en mi lista de pendientes para los próximos días. Además, ¡acaban con una canción de Coven!
Un sonido, una muerte, un fanzine, unos ñoquis
Cuando muere alguien relevante en tu zona de interés, el algoritmo te regala su omnipresencia durante unos días. A veces muchos. Gracias redes sociales por saturarnos y hacer que le cojamos manía a nuestros ídolos. Hace unos días murió Steve Albini, y probablemente las redes de más de uno han visto una avalancha de obituarios, anécdotas o fotos con el productor de Chicago. Su muerte me ha hecho pensar que pocos productores han configurado mi gusto por un tipo de sonido tanto como Albini. Tan seco, tan duro, tan libre de florituras; con esa sensación del espacio que siempre estuvo también en sus bandas: en Big Black, en Rapeman, en Shellac que justo sacaban disco estos días. En el primer número de Dead City Radio, fanzine que hacíamos unos cuantos amigos entre 2004 y 2006, se incluyo una entrevista a Albini hecha por Luis Mata. Al final del artículo, incluía un top 10 de sus discos favoritos producidos por el dueño de Electrical Audio. Mi lista hubiese sido diferente a la de Luis en 2004, y ahora seguro que sería otra. Así de memoria, y sin ponerme a revisar los más de 1400 discos en los que sale acreditado, diría que mi favorito en este momento, y al que más vuelvo es ‘Viva Last Blues’ de Palace Music.

Bonus: de las miles de cosas que se han escrito sobre el dueño de Electrical Audio, solo pienso enlazar este artículo, estoy seguro que hecho con más cariño que muchos otros, sobre cómo le gustaba cocinar los ñoquis a Steve Albini. Bon profit.
Un órgano y un fantasma en el Madison Square Garden
Me pasa Octavi (¡hola! ¡gracias!) este vídeo que no puedo evitar compartir. El característico sonido de órgano que suena en los partidos de los Knicks lo hace una persona, sí, una persona humana con su cabeza, sus piernas y sobre todo con sus manos y dedos. No es una grabación como daba por hecho. Ray Castoldi lleva animando a los Knicks y los Rangers en el Madison Square Garden en Nueva York desde 1989. Apodado como ‘Phantom of the Garden’, ha tocado más en el Madison que ningún artista y me ha hecho pensar inmediatamente en otro fantasma, ‘El fantasma del paraíso’ de Brian de Palma. En eso, y en mi fantasía recurrente de Brian de Palma dirigiendo un partido de la NBA. Cualquiera de los Knicks en estos playoffs, con esos finales de infarto, daría mucho juego. Ahí lo dejo.
Otro ‘What if…’ imposible , un divagar por puro placer, una petición a los dioses: por favor, que inviten a ilustres organistas del avant-garde como Kali Malone, Sarah Davachi o Maxime Denuc a tocar en el Madison, durante los partidos. A la velocidad vertiginosa a la que están jugando Knicks y Pacers la serie actual, puede sonar raro poner drones de banda sonora, pero ¿por qué no probarlo?
a mi el dels Sonic Youth em va enganxar en format cd. I em fa ballar el cap perquè pensava que el canvi de vinil a cd l'havia fet uns anys més tard, de fet el tenia bastant situat al voltant del 98, quan vaig entrar a treballar a l'Fnac a vendre-hi discos (que llavors eren exclusivament cd's). L'anterior, el Dirty (la meva prota d'entrada als de NYC) el tinc en vinil...
Moltes vegades he pensat que seria una mica més feliç si tot el que tinc en cd ho tingués en vinil... al que ja vaig tornar ara fa anys... ja no m'atreveixo a situar-ho en el temps, però l'Illinoise de Sufjan Stevens, del 2005, ja el tinc en vinil...
Però ara veig aquestes fotos de cdsingles i em semblen ben bonics!
El de Sonic Youth va servir per tancar el Subterrani d'aquesta setmana: https://subterranibloc.blogspot.com/2024/05/subterrani-del-15-5-2024alcala-norte.html