STOP. LISTEN. LOOK. Junio
Canciones que escuché (y me gustaron) en junio. Películas que vi (todas, unas me gustaron más que otras) en junio. Tres artistas que murieron en junio. De eso va el boletín de hoy.
STOP. LISTEN. 30 canciones. 2 horas y 40 minutos
En plena ola de calor constante se impone que haya una canción veraniega en la playlist: la de Hermeto Pascoal, sin duda. La de Cedric Im Brooks & The Light of Saba y la de Count Ossie también entrarían en esa categoría. En Madrid el calor era abrasión y miedo a salir a las tres de la tarde. En Barcelona es humedad y sudor, es ducharte un par de veces al día. Sin intentar ser temática, creo que la primera parte de esta lista va de eso. Dub, jazz y hip hop para ciudades que, cada día de verano que pasa, parecen más pegajosas. Esa sensación me dan ahora mismo las de Gato Barbieri, Michael White o Guru. Por cierto, hacía un montón de años que no escuchaba a Guru, y he quemado –guiño, guiño, codazo, codazo– ‘Loungin’.
En un intento de enfriar el ambiente, la lista se va a Inglaterra con las experimentales O YAMA O, que puede que sean el descubrimiento del mes, vía The Wire; con los oscurantismos de: Coil, Carola Baer y Death in June; con las hauntologías de Fenella y Jane Weaver. Más allá de eso comienza el totum revolutum habitual, en el que Grateful Dead (y One Eleven Heavy) y el midwest emo de Home is Where, siempre entran bien en estas fechas. No he conseguido meterme de lleno en el hype que hay con bar italia, pero ‘punkt’ me gusta. El resto del disco me parece bastante indigesto, un montón de tics de los 90 que ya se me atragantaban entonces. La muerte de Peter Brötzmann –más adelante más en este boletín– ha acaparado bastante mis escuchas, ya sea como Last Exit (con Bill Laswell y Sonny Sharrock) o en su colaboración con Heather Leigh Murray.
STOP. LOOK. 21 películas. Unas cuantas horas
Este mes, mis visionados tienen un nombre muy claro: Alain Jessua. Hasta hace un par de meses no tenía ni idea de quién era. Volver a aficionarme al cine ha supuesto recuperar la sana costumbre de tener una lista kilométrica de películas para ver. Supongo que si alguien viera mis ‘para ver después’ de Filmin, de FlixOlé o de mi disco duro, le podría dar un ataque de ansiedad por la cantidad de títulos que hay. Sin embargo, a mí me reconforta pensar en que hay una lista que jamas acabaré porque siempre voy añadiendo alguna nueva. Una de las grandes satisfacciones de esto es cuando una película, o varias como en este caso, se cuelan por encima de todas y se convierten en las que tienes que ver ya.
Alain Jessua ha adelantado este mes a todos por la derecha. La culpa la tiene, como viene siendo habitual, el podcast de Vigilante. En los últimos meses había leído alguna cosa sobre el director francés, pero hasta hace poco no tenía ni idea de quién era. Vi ‘Armaguedon’ y me gustó. Pensaba que me había gustado sin más, pero me pasé unos días pensando en ella. Escuché el programa dedicado a Jessua y seguí el consejo que daban: verlas del tirón. Así, en vez de dosificarlas, vi seguidas: ‘Los Perros’, ‘Tratamiento de choque’ y ‘Objetivo Felicidad’ en un fin de semana. Me faltarían por ver ‘La Vie à l'envers’ y ‘Jeu de massacre’, para las que no he encontrado subtítulos. La cuestión es que con Jessua voy a tener que volver a nombrar a J. G. Ballard, ya que hay tanto del escritor inglés en el cine del francés que asusta. ¿Mejor Ballard apócrifo? ‘Los Perros’, ex aquo con ‘Rabia’ de Cronenberg, sin duda podría serlo. Todas tiene algo, con esas sociedades vigiladas, enfermas, siempre a punto de explotar; pero en la protagonizada por Gerard Depardieu se ve aún más claro. Recomiendo muchísimo las cuatro películas; cada una va por un camino diferente pero, citando a Ballard, todas son pequeñas autopsias de la vida cotidiana. Y vistas en retrospectiva, bastante visionarias. No me he explicado muy allá, pero en el podcast enlazado un poco más arriba, lo cuentan muy bien y con mucho entusiasmo.
Confieso que di un par de cabezadas en ‘Dementia’, pero era de esos días en los que está uno cansado y… prometo volver a verla. Lo que vi es comprensible que le guste a David Lynch. Hacía años que no veía ‘El Coleccionista’ y me fascinó tanto como la primera vez. ¡Ese color! ¡Terence Stamp! ¡Samantha Eggar! ‘M3gan’ podría haber sido algo más bruta y más gore, pero tal y como es, me encantó. Cuenta muchas cosas, hace muchas preguntas de lo que se nos viene encima con las IA y, además, es muy divertida. De las de Peter Bogdanovich ya hablé hace un par de newsletters. Billy Wilder renegaba un poco de ‘Fedora’ y no entiendo por qué. El 6 de julio de 2001 vi ‘Mamá es Boba’ por primera vez. Salí tan incómodo que durante años me costó reengancharme al universo de Santiago Lorenzo. Hace unos años leí ‘Los Asquerosos’, ‘Los Millones’, hace poco ‘Tostonazo’, y quedé fascinado. Con esto en mente, comprendo mejor ‘Mama es Boba’ aunque cierta incomodidad no me la quita nadie. La del Titanic fue parte de una sesión doble sorpresa del Phenomena y sin más, un poco rollete. Lo bueno es que esa sesión doble se completaba con (redoble de tambores)…
’La Furia’ de Brian de Plama, en pantalla grande y por sorpresa. No se me ocurre plan mejor. Está en Filmin, en pantalla pequeña y sin sorpresa porque te la vas a poner tú, pero también es un muy buen plan.
El espejo en ‘La novia del Diablo’, el espejo en ‘Mulholland Drive’. Hace unos días vi ‘Boogeyman’ de Ulli Lommel, spoiler para el mes que viene, y ahora tengo la sensación de ver espejos por todas partes.
Doblete de Elliot Gould, cosa que no es rara últimamente. Volví a ver ‘El Largo Adiós’ y creo que podría volver a verla una vez al mes. Qué maravilla todo. Había pensado dejar ‘Testigo silencioso’ para Navidad, por culpa del cartel, pero me entró el ansía y la sensación de que valía la pena adelantar unos meses, a pesar de los rigores estivales. Y acerté. Con ‘La Residencia’, de Narciso Ibáñez Serrador, me indigné con la mierda de copia que había conseguido, que esta película se merece una calidad buena, buenísima, buenérrima. Y estar en todas las plataformas, ¡en RTVE a la carta gratis!, para que la vea todo el mundo. Y acabo con polémica: me ha gustado ‘Asteroid City’, cosa que no tenía claro que fuera a pasar. Reconozco que toca varios de mis puntos débiles: la carrera espacial, los EE.UU. de los años 50, Rod Serling, ‘Freight Train’, el cine dentro del cine, aunque sea teatro. Durante años le he tenido manía a Wes Anderson, sin haber visto casi películas suyas. Recuerden que no vi casi cine durante los ‘10. Mi duda ahora es, ¿la pereza que me daba era a sus películas o era a sus fans? ¿A la interpretación edulcorada y cursi de su estética en la publicidad, en los editoriales de moda? Igual que no puedo con los fans de Wilco (no te ofendas, ¿eh?), de Bruce Springsteen (yo mismo un poco lo soy) o Rosalía (es decir, la humanidad entera), con los de Wes Anderson me echo a temblar. E incluso más que con sus fans, con su influencia en diseñadores, directores de arte y estilistas. Viendo ‘Asteroid City’ mi sensación es que hay más chicha de la que me esperaba debajo de ese envoltorio llamativo. Ahora que se está diluyendo su influencia, y que toda la estética del cupcake se va al garete, mi sensación es que ya solo hay gente que le odia. ¿Son los haters los que dan pereza ahora? ¿Solo quiero llevar la contraria? No responderé a eso sino es en presencia de mi abogado.
Tres muertes
Esa frase, tan tonta, tan obvia, tan irrespetuosa, tan de twittero, que dice: “se está muriendo gente que no se había muerto nunca”. Y me jode un poco, pero me viene a la cabeza cuando muere, sobre todo, alguien joven, alguien que no sabías que estaba enfermo, que a lo mejor ni siquiera lo estaba. Y además ahora todo el mundo me parece joven. Bueno, Peter Brötzmann (82 años) quizá no, pero Teresa Nervosa (60 años) y Rick Froberg (55 años), sí. Se nos acumulan los héroes, se nos mueren. A nosotros, así de egocéntricos somos. Cuando se muere alguien que hizo algo que me hizo sentir algo, no puedo evitar sentir una pena humana y compasiva, y una pena egoísta, porque ese alguien podría volver a hacer algo que me hiciera sentir algo. No sé si me explico.
Y en este sentido, reconozco que a Teresa Nervosa la tenía poco presente. Butthole Surfers siempre estuvieron ahí, pero hace mucho que se separaron. No soy un experto en el grupo de Gibby Haines, pero ‘Locust Abortion Technician’ me encanta, por dentro y por fuera. ‘Hairway to Steven’ también, y con ese juego de palabras tan tonto ya me tenían ganado de antemano. Nunca les vi en directo, y eso me da rabia, porque en su día tenían que molar mucho. Aunque era una de las dos baterías de Butthole Surfers, la imagen de Teresa Taylor (aka Teresa Nervosa) que salió en casi todos los medios es la de su participación en ‘Slacker’, de Richard Linklater.
Vi a Hot Snakes en la sala Caracol, en Madrid, hace muchos años. No encuentro, ni recuerdo, el año, pero sí recuerdo que el telonero era Dan Sartain. Y buscando esto me encuentro con que Dan Sartain murió en 2021, con solo 39 años. Doble cartel tremendo, nunca comprendí porqué eso no estaba petado. No creo que hubiese mejor sitio donde estar ese día en Madrid. En un Primavera apenas vi dos canciones de Obits y, por desgracia, me perdí, por no estar en Madrid, a Drive Like Jehu cuando se reunieron (shout-outs La Castanya!). Rick Froberg, fallecido hace unos días, era uno de los hilos que unía todos estos grupos (y alguno más). Nos quedan un montón de discos increíbles.
A Peter Brötzmann es al que tenía más presente. Es al que escucho más a menudo de los tres. A mis amigos, a esos a los que les gustaba el jazz, el free jazz y las cosas más brutas que se podían hacer con un saxo antes que a mí, les encantaba Peter Brötzmann. Hará 20 años de esto. Mi idilio con el jazz es reciente, y voy a trompicones poniéndome al día. A Brötzmann le vi en directo una vez con Heather Leigh Murray, con la que colaboró mucho en los últimos años. Y a pesar de sus 82 años, seguía muy activo. Quizá no tan salvaje como en los tiempos de ‘Machine Gun’, pero algo había ahí todavía. En esta newsletter Tyler King habla de la obra de Peter Brötzmann y de las diferencias entre el jazz europeo y americano. Muy interesante.