4 películas en un día no es tanto. Sitges 2023
Estuve en Sitges pero ya no estoy allí. Hace unos días vi un story en Instagram de Manuel Bartual que decía: “Si estás en @sitgesfestival pero no dices en redes que estás en @sitgesfestival, ¿estás realmente en @sitgesfestival?”. Es un poco trabalenguas, pero es verdad. Aunque yo haya hecho lo contrario. Bueno, solo un poco, sí que puse una foto de mi perro con el periódico del festival y un artículo de perros en el cine de terror. No puse nada más porque vivo cierto conflicto con lo de narrar mi vida en tiempo real en redes. Pero, en este caso, comprendo las ganas de gritar a los cuatro vientos que estás en el festival de cine fantástico y terror de Sitges, porque la verdad es que es una gozada. Y mientras volvía a Barcelona, me sentía como un niño al que se le habían acabado las vacaciones. Es el tercer año que voy, y nunca he estado más de tres días, pero si algo han confirmado las conversaciones tenidas estos días es que no hay nada más importante que el entusiasmo. Así que esta newsletter va de Sitges, de algunas de las películas que pude ver y de las ganas de haberme quedado ahí más días.
Sobre el (estar en el) festival:
Puedo ver tres películas seguidas –‘Angustia de silencio’ de Lucio Fulci a las 13:15h, ‘Apéndice’ de Anna Zlokovic a las 15:15h, y ‘La última Señora Anderson’ de Eugenio Martín a las 17:30h- y no solo no morir en el intento, sino no dormirme en ninguna.
El Sitges que madruga: para mi forma de ser, y para mis biorritmos, comprendo que esto no lo comparta mucha gente, las sesiones de las 8:30h de la mañana son las mejores. Recién despierto y con un golpe de cafeína, madrugar para ir al Prado a ver una película antigua -el sábado, ‘Más allá de la muerte’ de Sebastián D’arbo; el domingo, ‘La casa sin fronteras’ de Pedro Olea; y el domingo, ‘God told me to’ de Larry Cohen- es mi idea de felicidad. Y mi razón principal para ir al festival.
Me dan igual los estrenos. Esto ya me lo temía. Y algo de rabia me da, que tampoco quiero convertirme en un Garci al que le gusta el terror y la serie B más chusqueira y psicotrónica. Pero ‘Apéndice’ no me convenció, y cuanto más la pienso, menos lo hace; y ‘Late Night with the Devil’ me gustó más, pero no sé si me acordaré mucho de ella en un año. Me perdí ‘Where the Devil Roams’ que tenía buena pinta. Pero es que después de las 23h, y tras ver cuatro películas ese día, apenas era persona.
He hablado con más gente en 4 días que en el último mes. He hablado más de cine en 4 días que en el último medio año. Un placer, amics.
Me crucé tres veces con Kier-La Janisse, autora del libro ‘House of the Psychotic Women’, que no he leído pero me gustaría, y directora del documental de Folk Horror de tres horas que ya comenté en la anterior newsletter: ‘Folk Horror: Bosques sombríos y días de embrujo’. La última vez llevaba una camiseta de Darkthrone: no estoy seguro de si era la portada de ‘Transilvanian Hunger’ o la del ‘A blaze in the northern sky’. Hoy he oído traducir al catalán este último (en La Historia Secreta, el programa de Radio 4 de Oriol Rosell), como ‘Una flamarada al cel del nord’ y me ha encantado.
Una queja: la sala para las pelis de Brigadoon era muy cutre. Vale que son gratis, pero es una pena porque la programación era muy guay, y yo iba ilusionado con ver ‘La dama roja mata siete veces’ en pantallón y al final no la vi porque resultó pantallita, y, bueno, por comer un arroz con verduras.
Al hilo de lo del entusiasmo, y por no acabar esta parte con una queja, sigo estando muy a favor de aplaudir por todo. Este vídeo de Erica Fustero lo resume perfectamente. Y todo mi apoyo para los aplaudidores tímidos y solitarios, como los dos que se quedaron solos cuando apareció ‘Music by: Piero Umiliani’ en ‘La última señora Anderson’. Mi sorpresa (casi angustia) ante el silencio cuando apareció el nombre de Lucio Fulci en, ejem, sí, ‘Angustia de silencio’.
Sobre las películas vistas:
Sin saber si hice la mejor de las elecciones posibles, este es mi ranking de más a menos favoritas: ‘God told me to’ de Larry Cohen, ‘Angustia de silencio’ de Lucio Fulci, ‘La casa sin fronteras’ de Pedro Olea, ‘Más allá de la muerte’ de Sebastià d’Arbó, ‘La última Señora Anderson’ de Eugenio Martín, ‘Late night with the Devil’ de Cameron Cairnes y Colin Cairnes, ‘Alguien te está mirando’ de Gustavo Cova y Horacio Maldonado, y ‘Apéndice’ de Anna Zlokovic.
En tres de las ocho películas que vi hay un despertar tras otro dentro de un sueño. No diré en cuáles por no hacer spoiler de películas de hace 30 o 40 años.
En dos, actores españoles, Tony Isbert y José Luis López Vázquez llevan el pelo teñido de rubio de una manera que canta un poco.
Pedro Olea en la presentación de ‘La casa sin fronteras’ diciendo que quería hacer una película como las de Saura (hasta contrató a Geraldine Chaplin), y que como Elias Querejeta no le llamaba, se la produjo él mismo. Entre eso y sus anécdotas con Pasolini, creo que fue mi presentación favorita del festival. Seguida de la de Barbara Bouchet.
Me gustan tanto los 70 que me cuesta mucho creerme las recreaciones de los 70. Y aunque la de ‘Late Night with the Devil’ está muy bien hecha, no sé, algo me chirrió.
Mi escena favorita de todas las vistas estos días: el tiroteo en el inicio de ‘God told me to’. A sus pies, Larry Cohen. ¡Qué maravilla! ¿Y el color de la restauración qué? Buah, stendhalazo de los gordos.
Mención especial para el inicio también de ‘La última Señora Anderson’, para añadir al boletín en el que hablé de piscinas (de hecho en italiano se llamó ‘In fondo alla piscina’).
Después de ver ‘Alguien te está mirando’ no creo que pueda escuchar una guitarra eléctrica durante una semana. Vaya turra de banda sonora. Y confirmado, Soda Stereo no son para mí.
Como nunca me acuerdo de los finales –es mi superpoder: puedo ver una película mil veces que el final siempre me pilla por sorpresa–; no recordaba lo maravilloso que era el de ‘Angustia de silencio’.