Delicioso revival
¿Estás harto del revival de los 90, porque los viviste y era una cosa mucho más pocha de lo que quieren vender ahora? Supongo que a todo el mundo le pasa con la década en la que fue adolescente, pero si inventan la máquina del tiempo, no quiero volver.1 Ni por repetir el concierto de Unwound, Sonic Youth y Beck (por orden de importancia vital) con el que siempre doy la brasa. Así que vengo a exorcizar unos cuantos fantasmas. Trigger warning: batallitas.
Un vídeo de aerobic, un disco y una confesión
Durante años no he podido escuchar el ‘Screamadelica’ de Primal Scream por culpa de –a ver, a ver cómo lo digo sin que se rían–, de Cindy Crawford. Sí, esa, la supermodelo de los 90, la del lunar, la que hizo una película malisísima con un hermano Baldwin de segunda, la que salía en el video ese famosísimo de George Michael con Linda Evangelista y Naomi Campbell. Esa misma. Esa Cindy Crawford en los 90 hizo varios vídeos, que salieron en glorioso VHS, de aerobic. Si Jane Fonda podía, por qué ella, que estaba petándolo, no iba a hacerlo. Y así, en el 94, o 95, o 96 –antes del 97 seguro– una cinta de aerobic, regalada con la revista Woman, llegó a mi casa. Mi madre, ya seguidora de Jane Fonda, Laly Ruiz y otras adalides de los calentadores, la licra y el DIY gimnástico previo a YouTube, empezó a hacer las rutinas. Apunte, en 1995 tengo 16 años y mis hormonas de chico cishetero estaban, como en la canción de Parálisis Permanente, nacidas para dominar(me). Así que ver a Cindy Crawford en shorts dando brincos no sonaba mal. Hasta que mi madre, como si una manifestación fuera, dijo aquello de '“no la mires, únete”. Y así terminé yo, un adolescente pasado de peso, haciendo ejercicio, cosa que nunca me ha gustado, y ahora, con 44 años, puedo afirmar con seguridad que nunca me gustará. Me vino bien, eso he de reconocerlo mal que me, ejem, pese. A lo que iba: la música del vídeo. Como habrá adivinado cualquiera, la banda sonora era el ‘Screamadelica’ de Primal Scream, y alguna canción intercalada de Seal (ufff). A alguien le pareció buena idea, y no era mala. Durante años, esa banda sonora era una musiquilla de fondo, que molestaba menos que las canciones de Seal, pero que no me llamaba la atención en aquel momento de guitarras distorsionadas. Durante años leí sobre un disco llamado ‘Screamadelica’ que se decía que era buenísimo. A Primal Scream les conocía del disco ese en que se creían los Stones o los Black Crowes, incluso vi en directo a Bobby Gillespie cabrearse como un mono cuando el público de Red Hot Chili Peppers comenzó a tirarle todo lo que tenía a mano en la plaza de toros de Las Ventas. Era un cartel imposible: RHCP, Primal Scream y Sopa de Cabra (¿o eran Sangtraït?, me van a quitar el padrón barceloní pero es que siempre les confundo). Por eso, el día, que tardó en llegar2, en que pude escuchar el disco de marras, uno de los mejores de los 90 según el sancta sanctorum del indie que fue Rockdelux, cortocircuité bastante y pensé que era todo una broma. Quizá por haber escuchado mucho en los últimos años cosas de Andrew Weatherall, o porque Bobby Gillespie se ha convertido en alguien que me cae relativamente bien, he conseguido apreciar el disco y lo pongo más de lo que nunca hubiese imaginado; aunque no puedo evitar en algunos momentos pensar en dos cosas, uno, en sentadillas y abdominales; y dos, en que un disco que para muchos es sinónimo de fiesta, drogas y un segundo verano del amor, para mí es vida sana y sudor. Esta ha sido mi historia, Patricia, y éste el vídeo:
Una redada, un poster de Alice Cooper y la canción más corta de la historia
Esta noticia de 1991, sobre una redada en las oficinas de Earache, no lo conocía, me enteré el otro día3. Pero me ha hecho gracia y siempre es buen momento para poner alguna portada mítica –y trigger warning: no muy agradable– de Earache, y la canción de 1 segundo y 316 centésimas que hay que ponerle siempre a las visitas:
Un obituario
No, no voy a hablar de ‘The End Complete’ del grupo de death metal de Florida, Obituary. Voy a hablar de Franz Kozik, que murió hace unos días. Es un poco feo decir esto, pero nunca me gustó mucho su obra, más allá de ser testimonio de una época y haber hecho posters para casi todos los grupos que escuchaba entonces. Pero, y es un pero importante, tengo que decir que fue el primer cartelista que me llamó la atención. Probablemente, fue la primera vez que use esa palabra: cartelista. Por una cuestión generacional, y sobre todo, de acceso a la información4, llegué antes a Kozik que a Rick Griffin o Victor Moscoso. Así que, gracias Frank. Ahí van unos cuantos de sus carteles:
Una playlist
Numero Group ha reeditado en los últimos años a Bedhead, Unwound, Karate, Ui, Rex, Codeine o Indian Summer entre otras mil cosas más que no tienen nada que ver con los 90, con el hardcore, con el midwest emo o con el noise. Como todos los sellos dedicados a la arqueología pop, a veces sobrerreaccionan, pero a veces su puntería es mejor que la de muchos algoritmos. Las recopilaciones de Cosmic Americana, la de Wayfaring Strangers, las series de Eccentric Soul, los Environments, y un largo etcétera de soul, folk, protoelectrónica, new age o disco. Se sacaron a Duster de la manga, que ni me sonaban, y hace poco a C-Clamp, que un poco lo mismo. Si reivindicas a The American Analog Set, a Seam y a los primeros Blonde Readhead tienes mi voto. Y en esta playlist se juntan muchos viejos conocidos y algunas cosas que nunca pude escuchar5. Todo el rato no está bien, pero hay veces que hay que permitirse un poco de nostalgia.
Una película
El día que se dio la noticia del suicidio de Kurt Cobain –sí, ya tardaba en salir– en La2 de Televisión Española6 decidieron programar por la noche 'Rebelión en las ondas'. El heavy-grunge-alternativo-indie que era yo, aquel día se pasó la tarde escuchando ‘De 4 a 3’ en Radio 37, y luego pilló, por casualidad, la película de Allan Moyle, director de la también muy pop, y muy generacional, y muy de videoclub, ‘Empire Records’. Poco más digno de mención hizo. La sinopsis de El País era:
Por misteriosas razones, no llegó a estrenarse en cine. La dichosa generación X la descubrió en vídeo o la descubrirá ahora. Christian Slater, bollicao oficial de Hollywood, da vida a un rebelde locutor de un salvaje programa radiofónico. Estudiante de día, líder de audiencia de noche, el chaval se hace el amo del cotarro con su estilo agresivo y espontáneo. Para jovencitos inquietos.
Imagino que el que escribió esto ahora da clases en un master, y enseña a redactar con la misma condescendencia sobre cualquiera cosa que sea de una generación posterior a la suya. La cuestión es que la volví a ver hace poco y me hizo mucha gracia el name dropping que no recordaba: las cintas que se ven –de Soungarden, Ice-T, Pixies, Henry Rollins, Bad Brains–, las canciones que suenan –Leonard Cohen, Beastie Boys, Descendents, Richard Hell, Cowboy Junkies–, el libro de Lenny Bruce y, sobre todo, lo que no vi venir, los posters de Grateful Dead en el despacho del padre, el yuppie típico de los 80 vendido al capital pero que fue hippie y deadhead. La dichosa generación X de la que supongo que formo parte tampoco se merece muchas medallas, y el bollicao de Hollywood acabó coqueteando con neonazis, pero ei, hasta Hollywood te la puede jugar. ¿Quién lo iba a decir?
¿Alguien se acuerda de esta peli? ¿Alguien la vio aquel día? ¿Fue una casualidad cósmica programarla en esa fecha o un cambio de última hora? ¿Alguien ha vuelto a verla? Mi impresión es que no ha envejecido tan mal como pensaba, y que definitivamente me gusta ver a gente joven cabreada destruyendo lo que tienen a mano, que suelen ser barrios suburbiales americanos en medio de la nada. Si compartes esta afición de dudoso gusto, la recomendación obvia es que veas ‘Over the Edge’, con un Matt Dillon jovencísimo.
cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla, y a lo mejor por comprar todos esos LPs, que ahora cuestan un dineral, puede que sí que viajara 30 años atrás. Habría que ver con qué dinero y dónde me cambiaban euros por pesetas.
cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla
cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla. Y si esto salió en la Metal Hammer o en la Heavy Rock no me enteré.
cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla
cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla. También hay canciones en esas playlist que ni fu ni fa, sobre todo si la alargada sombra del shoegaze y de Radiohead te dan tanta pereza como a mi.
… cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla y las televisiones privadas aún eran una novedad: La1, La2, Antena 3, Tele 5, Canal Plus y, si tenías suerte, una autonómica.
cuando-era-joven-no-había-internet-y-blablabla, pero estaba Radio 3, y luego alguna pirata, todo mi cariño por Radio Vallekas y Onda Latina.