Un verano verde, un tiburón blanco, un tórax azul y tres discos en directo
Tiburón, turistas, chaquetas divertidas, tres discos en directo, el verano verde, canciones pegadizas, y piscinas falsas en medio de Barcelona
Fui a ver ‘Tiburón’ al cine y me pasé toda la primera parte, la mejor, pensando en que Steven Spielberg había hecho una película sobre el turismo que nos acecha en Barcelona, en Málaga, en Madrid, en Mallorca y en otros mil sitios. Cambia a Larry Vaughn, el alcalde de chaquetas divertidas de la película, haciendo lo que sea para ganar turistas, por Collboni, y ya lo tienes. Cambia el tiburón blanco por Airbnb o Blackstone, y ya lo tienes. Cambia a bañistas adolescentes, niños y ancianos devorados por el tiburón, por jóvenes que no pueden alquilar un piso y ancianos desahuciados, y ya lo tienes. Cambia a los que han pintarrajeado “Help!!! Shark” en los carteles de la película, por los graffitis de tourists go home y las pistolas de agua, y ya lo tienes. Cambia a los turistas por… los turistas también siendo timados y también lo tienes. La ficción puede hablar de la realidad, incluso sin querer. Recuerden, hay que aprender a distinguir la ficción de la realidad. Es fácil, la realidad siempre da más miedo.
En la biblioteca de mi barrio han montado una mesa con libros sobre todo el tema de la gentrificación y turistificación de las ciudades. De Jane Jacobs a Pedro Bravo. Siempre a favor de estas labores de selección, aunque a veces, como con todo, a veces hay que ir con ojo. El otro día a algún bibliotecario de Camp de l’Arpa, o puede que algún lector con mala baba, le pareció que era buena idea trolear al barrio durante el verano. En otro expositor, uno de lecturas ligeras para el verano, decidió que su recomendación fuera ‘Pastoral americana’ de Philip Roth. ¿Alguien en la sala lo ha leído? Si han levantado la mano, estarán de acuerdo en que ligero, ligero, como para llevar a la playa y hacerse un selfie con las piernas como si fueran salchichas de Oscar Mayer, pues no, así de ligero no es. ¿Es uno de los libros más devastadores que he leído? Probablemente. ¿Me gustó? También. Pero si buscan un remanso de paz y tranquilidad estival no se lo recomiendo. Ir a las bibliotecas, eso sí, siempre lo recomiendo, se está fresquito y hay libros, discos, películas. En la de mi barrio puedes hacer un puzzle incluso. Todo lo bueno.
Gracias de nuevo a los que han hecho su pequeña aportación a esta newsletter a través del Ko-fi. Y también a los que habéis comprado el fanzine de El Drugstore que he hecho. Si alguno quiere hacer cualquiera de las dos cosas, aquí tiene el enlace:
Tres discos en directo
A pesar de Grateful Dead y del jazz, los discos en directo siempre me han dado un poco igual. Hay pocos que estén entre mis favoritos. En otros tiempos era una buena manera de tener una especie de recopilatorio con gritos y más eco. Ahora me da la sensación de que es un formato en tierra de nadie. Pero me he dado cuenta de que tres discos que he escuchado mucho en los últimos meses son grabaciones en directo. No sé la circunstancia de estos tres discos, pero al ser propuestas con un pie en la improvisación, creo que los puedo recomendar sin miedo a que piensen si-es-como-el-disco-pero-con-gente-gritando. Los tres tienen que ver entre sí, a los tres se les podría meter en ese cajón de sastre que puede ser la etiqueta avant-garde rock o art-rock. Si quieren añadir jazz, mathrock, kraut… pues vale. Los tres podrían ser parte de un mismo cartel y, la verdad, sería el concierto soñado en esta casa: Horse Lords, Oren Ambarchi y Bill Orcutt.
Horse Lords son de Baltimore, graban para RVNG Intl., hacen unas estructuras superintrincadas con un pie en el avant-lo-que-sea de Glenn Branca, otro en África y otro en el kraut. Sí, tienen 3 pies. El disco se llama ‘As It Happened: Horse Lords Live’. Molan mucho. Qué alguien les traiga, sisplau!
Oren Ambarchi es australiano, y tiene mil proyectos y colaboraciones. Le vi solo en el MIRA y con Phew en el Rewire hace unos meses, sacó la segunda parte de ‘Ghosted’ con Andreas Werliin y Johan Berthling –recomendabilísimo también–, y ahora ha sacado ‘Live Hubris’. ¿Es ‘Live Hubris’ la versión en directo de su disco ‘Hubris’? Sí, han acertado. Los 20 minutos de la última pista son brutales. Además están metidos en todo esto Mats Gustafson, Julia Reidy y Jim O’Rourke.
Bill Orcutt es de Florida, perteneció a Harry Pussy en los 90, y puede que ‘Music for Four Guitars’ fuese el disco más escuchado en esta casa en 2022. También tiene un disco con Chris Corsano, ’Made out of Sound’, que es una maravilla. Y este año ha sacado ‘Four Guitars Live’, grabación de su concierto en Le Guess Who, donde toca con Wendy Eisenberg, Ava Mendoza y Shane Parish.
El Drugstore ha escuchado. Julio
Normalmente no me extiendo mucho sobre las canciones que hay en las playlists de cada mes. Pero este mes me apetecía comentar alguna cosa.
Una canción para tranqulizarse
En un verano con los nervios yendo y viniendo se agradece una canción que te baja el ritmo. Tenía la pista de Eric Chenaux perdida. Hice un poster para un concierto suyo hace tantos años, ¡16!, que casi no me reconozco, casi ni pongo el enlace porque parece que fuera de otra persona. El nombre de Eric Chenaux lo he seguido viendo durante estos años, en las páginas de Wire, en los anuncios de Constellation… Creo que caí en esta canción hace unos días por una playlist de Aquarium Drunkard, y creo que puedo nombrarla la canción del verano patrocinada por Trankimazin.
Una canción para destranquilizarse. Señor mayor en medio del brat summer
Me siento como Drácula levantándose de su nicho –así, interpretado por Leslie Nielsen además–, para salir del mío, y para decir que compro en un porcentaje alto el hype del ‘Brat’ de Charli xcx. Para decir que la melodía de ‘360’, y de ‘365’, no me la puedo sacar de la cabeza, aunque lleve días sin escuchar la canción. Es ver un meme, y ahí está. Y hostia si hay memes. Salgo del nicho para decir, sin miedo a las represalias, que si he de elegir bando en la guerra Taylor Swift vs Charli xcx, elijo a la segunda sin duda. Aunque sea por sus amistades. Más a favor de A.G. Cook que de The National, que siempre me han parecido un tostón. Y salgo para decir también que, aunque ‘Brat’ no me guste todo el rato, porque no es mi rollo al 100%, sí que prefiero escuchar cualquiera de sus canciones que otro hit supermanido de los 80. Y aprovecho para quejarme, gentes de A24, ¡basta ya! Vaya turra nostálgica en los trailers –no he visto las películas– de ‘Kind of Kindness’ con ‘Sweet Dreams’ de Eurythmics, y ‘Love Lies Bleeding’ con ‘Smalltown Boy’ de Bronski Beat.
Vale, lo sé, para cuando termine de escribir esto el brat summer estará definitivamente muerto. Pero miren a mí ni me da tiempo, ni quiero, ir al ritmo del mercado.
La otra canción pegadiza del verano
Por si alguien se pregunta como va la selección musical de mi dentista, diré que ha mejorado. Hace unos días cambió a Luis Miguel por Bob Marley y, claro, salí con menos drama y de mejor humor. Después fui a dar un paseo escuchando ‘Social Living’ de Burning Spear y aún no me la he podido quitar de la cabeza. Cuando no tengo en la cabeza el inicio de ‘360’ de Charli xcx estoy canturreando ‘Social living is the best…’. Y casi todo el rato mientras paseo a mi perra le voy cantando en una frecuencia secreta que solo ella puede oír ‘California [que así se llama] is the best…’. Creo que se puede aplicar a cualquier otro nombre de mascota, quizá hasta de persona.
“It’s only taken them a good 30 years but they’ve finally done it. Sunburned Hand Of The Man have made an alarmingly listenable album. Don’t get me wrong”.
He sacado esto de la reseña que hicieron en The Quietus del nuevo disco de Sunburned Hand Of The Man. Y mira, aunque los sigo desde casi 20 años y les tengo mucho cariño, razón no le falta a JR Moores. Don’t get me wrong a mí tampoco, me encantan Sunburned, me encanta que no hayan dejado de hacer discos, cd-rs, cassettes, que hayan sido más abstractos y más difíciles, pero también a ratos más clásicos, un poco como Matt Valentine y Erika Elder y sus diversos proyectos. Pero estoy disfrutando mucho este disco, que sí, que es más fácil de digerir de lo habitual, más luminoso, más tarareable, más vocal.

Un disco que no pensaba ni escuchar y tiene dos canciones que me gustan mucho de un señor que tiene 82 años
Este titular tan largo y de estos tiempos, para decir que no esperaba nada de ‘POPtical Illusion’ de John Cale, pero que he escuchado muchísimo ‘Calling You Out’ y ‘I’m Angry’, y que las pondría a la altura de ‘Dying on the Vine’, que es de mis canciones favoritas de Cale.
La mejor piscina de Barcelona está en Sant Antoni Maria Claret
Si el anterior titular les dio cringe, este es aún peor. Pero, miren, hace calor y el clickbaitismo y los titulares pochos se pegan como una polilla a una trampa de esas con pegamento. El año pasado hice una newsletter temática sobre piscinas, y se me olvido incluir uno de mis edificios favoritos de Barcelona. Vale, en realidad no es una piscina, pero lo parece. Y vivimos en un mundo de apariencias. También parece un tórax azul pero de eso no me di cuenta hasta hace poco. Es un edificio, sin nombre, en el número 112 de Sant Antoni Maria Claret. En pleno Eixample, donde hay cierta uniformidad urbanística, aparece este edificio anclado en los 70, con ese color azul marino tan potente, esos azulejos que parecen el fondo de una piscina, y esas curvas tan, por pereza que de el término, mediterráneas. El arquitecto a cargo de esta rareza en medio de la cuadrícula barceloní es Mario Catalán Nebot, y no llegó a verla terminada. Se terminó de construir en 1975, y él murió un par de años antes. Leo que no está muy bien considerado y que fue bastante polémico. Mario, allá donde estés, a mí me flipa.
Batallita: hace unos tres años fuimos a ver un piso en el edificio que está a la izquierda de este, que en los bajos tiene un antrazo llamado Jimmix Snack Bar con un letrero bastante simpático. Era uno de esos pisos imposibles, con un ascensor indeciso que paraba a medio camino de la planta 3 y 4, con la nevera en la entrada porque en la cocina no cabía. Ya saben, la realidad inmobiliaria a veces parece una peli de Charlie Kaufman. Pero miren, al menos tenía un balcón, desde el que se podía ver, casi tocar, los azules azulísimos azulejos del edificio que diseñó Mario Catalán Nebot. Para sorpresa de la chica de la inmobiliaria, a mi me hizo muchísima ilusión ver esa piscina falsa, ese tórax azul tan cerca, que a ella, sin duda le horrorizaba y, casi diría que avergonzaba, a la hora de enseñar el piso imposible que intentaba colarnos a cambio de unos dineritos a todas luces excesivos.
Turismo de recreación musical
Vale que Instagram está cada vez peor, pero mentiría si no dijera que estoy un poco enganchado a esta cuenta. Steve Birnbaum, persona detrás de esto, se dedica a visitar sitios donde se hicieron fotos, portadas, videos icónicos y mostrarlas como están ahora. Entre muchas otras, ha revisitado la portada del ‘A Love Supreme’ de John Coltrane, el barrio de ‘Boyz N The Hood’, el apartamento de J Dilla o la actuación de Fugazi en la que Guy Picciotto se cuelga, se mete y se retuerce en una canasta de baloncesto. Hay aquí para un rato de decir “¡buah, qué mítico!”, “uff, ¿en esto se ha convertido?”.
Vengo a reivindicar los discos de directos. Yo tengo unos cuantos favoritos, pero diría que el It's Alive de los Ramones es insuperable. También es mítico el falso directo de Thin Lizzy (Live and dangerous). Por último y para acabar haciendo un top 3 improvisado que nadie ha pedido, el directo de RIP en Lekeitio en 1984 es mi álbum favorito del punk estatal. ¡¡Que vivan los directos!! Debería haber más