Escuchas, espacios y vampiras
Escucha seca y profunda, escuchas rituales, más libros abandonados, Jandek y los espacios liminales, películas de vampiras y títulos de crédito
¿Cómo escuchan música ustedes? Este tema ha salido más de una vez por aquí. Es algo en lo que pienso a menudo. En el sofocante verano barcelonés de hace unas semanas, el de las olas de calor que se mezclaban y perdían su sentido como fenómeno meteorológico, opté por dedicar los momentos de ocio a escuchar música sin hacer nada más. Cualquier movimiento implicaba generar calor, comenzar a sudar. Si han estado en Barcelona en agosto saben lo que es eso. He pasado el verano como un Howard Hugues aterrado por el sudor en vez de por los gérmenes. No sé si mis escuchas han sido más profundas pero si más limpias, y no he tenido que poner tantas lavadoras. Algo más ecológicas, digo yo, también. He disfrutado mucho de un disco de Global Communication hecho a partir de canciones de Chapterhouse, de varios mixes de Tarotplane, el de Jonnine, que requiere mucho silencio, uno de Laura Cannell, y el de David Grubbs con Loren Connors. Esa onda. He vuelto a escuchar el ‘Utopia Banished’ de Napalm Death, pero estaba haciendo otras cosas. Y esta es la cuestión, he constatado algo que ya sabía: siempre estoy haciendo algo mientras escucho música. Cocinando, trabajando, limpiando, dibujando, caminando por la calle –modalidad que disfruto profundamente–, leyendo, comprando en el supermercado, escribiendo esta newsletter (esto ahora mismo que es algo que escuché sin hacer nada también)… Menos pasear a mi perra, que se merece toda mi atención, prácticamente siempre suena música en los altavoces o en los auriculares. Y no me voy a meter en el lío de los formatos o los medios. Así que vuelvo a preguntarles, ¿cómo escuchan música ustedes?:
Lo sé, puede que ni lo uno ni lo otro de forma categórica. O mejor dicho, puede que las dos cosas, pero elijan lo que hacen más. No se preocupen, esto no va a ningún lado. Es curiosidad mía nada más. Puede que solo escuchen clips de música de 15 segundos en TikTok, pero si aún así lo hacen muy concentrados en ello, como parece que hace una vecina del patio a un volumen ensordecedor, pinchen en la primera. Me produce curiosidad saber si mi prejuicio, que ganará la primera opción, tiene fundamento. O si habrá mucha gente que encuentre huecos y se siente a escuchar con atención.
Gracias de nuevo a los que han hecho su pequeña aportación a esta newsletter a través del Ko-fi. Y también a los que habéis comprado el fanzine de El Drugstore. Si alguno, aparte de responder preguntas, quiere apoyar económicamente a El Drugstore aquí tienen el enlace para hacerlo:
El Drugstore ha escuchado. Septiembre
Y hablando de escuchar música, aquí lo que he escuchado en septiembre. Qué bien hilado esto, ¿eh? El batiburrillo habitual con canciones de: nudo / Civilistjävel! / Tristwch Y Fenywod / Anna Ferrer / DIM / Fief / The Bug / STA / Dame Area / Chat Pile / Napalm Death / Klein / Jawnino / Actress, Simon J. Karis / Google Earth / Zammuto / Aquasky / Autechre / Urban Sax / Theodor Kentros / Family Ravine / Wendy Eisenberg / BASIC / Songs: Ohia / MJ Lenderman / Mayo Thompson / Supreme Dicks / Alan Licht / Alejandro Cohen / chantssss
Aprovecho que es otoño y que hay cierto hype con Tristwch Y Fenywod para recomendar su disco. Que sí, que está muy bien. Esta vez compro el hype. Si leen Weird Walk o la columna de New Weird Britain en The Quietus, si les gustaban Nick Castro e In Gowan Ring hace unos años, o si se tragaron el documental de tres horas sobre folk horror de Kier-La Janise, ya se imaginan por dónde van los tiros. Se definen como ‘a Welsh-language gothic avant-rock power-coven’ y, como se pueden imaginar, va muy bien para este mes que culmina en Halloween.
Actualización sobre el vecino que deja libros
Si leyeron la newsletter de hace un mes, la del misterioso vecino que se estaba desprendiendo de su colección de libros, puede que tengan curiosidad por saber cómo va el asunto. Pues como dirían Patrullero Mancuso, va bien. Mi vida va bien. Qué feliz que soy. Acumulando libros. La última frase es mía. Fiel a su cita, sobre todo en fines de semana y festivos, el misterioso vecino sigue dejando material para vaciar –en su caso–, para llenar –en el mío–, varias estanterías. Hasta he pensado que esto pueda ser una campaña de la famosa compañía sueca para obligarme a comprar nuevas Billys. En algún sitio habrá que poner todo esto.


Voy fotografiando portadas que me hacen gracia, y subo algunas a las notas de Substack o los stories de Instagram. Las novedades más reseñables en estos días han sido un montón de libros de autoayuda y crecimiento personal, que dan más miedo que carracuca y que allí se quedaron. Ocho libros de Robert Heinlein en edición de Martinez Roca que, obvio, se vinieron para casa. Igual que un par de Stanislaw Lem y dos de Timothy Leary, Ralph Metzner y Richard Alpert (aka Ram Dass) sobre, cómo no, la experiencia psicodélica. Uno incluye un comic de Robert Crumb, y el otro unos cuantos dibujos muy hippies sin acreditar. Y para desconcertar un poco más, hoy había dos A4 pegados a una farola al lado, con una lista de autores de los libros que había dejado, con la fecha de hace 4 días. Icono de hombros encogidos aquí. Si a alguno se le ocurre el porqué de esto que lo ponga en comentarios. Por otro lado, casi todos los ejemplares siguen mutilados para probablemente ocultar su identidad, como bien comentó un lector ilustre hace poco. Seguiremos informando.
La invención de Jandek
Hace unos años –bastantes años ya, diecinueve años, acabo de echar la cuenta–, me obsesioné con Jandek. No era el colmo de lo original en ese momento. A principios de los dosmiles era una figura de culto muy presente. Vale, dentro de un nicho, pero presente. Tanto que en 2003, antes de que hubiese documentales de todo, se hizo uno sobre Jandek basado en una llamada telefónica. Tanto que en 2004 le convencieron a él, o a un representante de Corwood Industries –su discográfica –, de que hiciera una serie de conciertos. El primero, junto a Richard Youngs y Alex Neilson, fue sin avisar en el festival Instal. Tanto que en 2006 escribí un artículo para un fanzine –el Dead City Radio– y lo maqueté con una letra tan pequeña que evidencia que han pasado 20 años y ahora tengo que ponerme las gafas de cerca para leerlo. Tanto que en 2014 la revista Wire le entrevistó por primera vez. Pero me estoy adelantando y dando cosas por sabidas. Más de uno conocerá la historia, pero por si acaso, esta es la versión corta de quién o qué es Jandek.

En 2005 escribí: “45 discos publicados desde 1978. Una sola entrevista telefónica grabada en 1985. Un primer concierto en 2004 después de 26 años. Nadie sabe realmente quién es Jandek. ¿Es el hombre que aparece en gran parte de sus portadas? ¿Cuál es su verdadero nombre? No concede entrevistas, no ha sido fotografiado profesionalmente, sus discos no incluyen más datos que los títulos de las canciones, su duración y un apartado de correos en Houston, Texas donde se encuentra Corwood Industries, la compañía de discos que se dedica a publicar únicamente los discos de Jandek. Convertido en figura de culto gracias a las radios universitarias americanas y a ilustres fans (de Calvin Johnson a Kurt Cobain o Matt Groening), Jandek se sitúa al margen de la industria musical operando de manera radical y siguiendo únicamente sus propias reglas. Uno de los mayores enigmas de la música popular de los últimos años”.
Desde 2005 han cambiado algunas cosas. Se ha perdido algo de misterio. Se sabe que se llama Sterling Smith. Ha publicado unos cuantos discos más, ha dado muchos más conciertos de los que podía uno esperar tras años de anonimato escondido detrás de un apartado de correos de Houston, Texas. Actuaciones sin anunciar. Conciertos acompañado casi siempre de figuras de renombre de la música experimental: Richard Youngs, Chris Corsano, Tom Carter, Loren Connors, Heather Leigh, John McEntire, Liz Harris, Susan Alcorn o Aaron Dilloway. Aquí tienen la lista: clic. Concedió la mentada entrevista a Wire. Se ha dejado fotografiar o grabar en video de manera más profesional. Quizá porque los nichos son más pequeños, o porque hay cada vez más, la figura de Jandek se ha diluido un poco. Dejó de ser una especie de Thomas Pynchon de la música disonante para tomar las riendas de su mito. Sin dejar de jugar con nosotros, sin dar respuestas claras, jugando al despiste, a la ironía y a la bufonada. No se valora lo suficiente la importancia de la gestión del misterio. También creo que Jandek fue listo, y vio que con la llegada de internet el anonimato se había acabado, y que, si no podía seguir jugando como hasta entonces, mejor cambiar sus propias reglas. Puede que su historia en 2024 no sea tan sorprendente como cuando apenas se sabía nada de él, cuando solo se conocía su cara borrosa, cuando sus portadas con mucho grano, en blanco y negro o en un color desvaído, nos adelantaba el concepto de los espacios liminales. Cuando era difícil saber cuántos discos había publicado, y ya no les quiero contar el conseguirlos. Cuando lo único que se sabía sobré Jandek lo transmitía un representante de Corwood Industries por teléfono. Pero a la vez da la sensación de ser un artista que ha llevado su carrera por donde ha querido, y que con 78 años se encuentra en bastante buena forma como puede verse en el video de abajo, razón por la cual llevo unos días reescuchando sus discos. Hacía un tiempo que no escuchaba ‘Ready for the house’ y aún me poner los pelos como escorpions. De vez en cuando vuelvo a él. Sin orden ni concierto, picoteando por esa discografía extensísima. De vuelta en el jardín pesadillesco que es la música de Jandek, creo que lo estoy disfrutando aún más y mejor que hace unos años.
Y de bonus otro video donde toca con Chris Corsano y Loren Connors:
El Drugstore ha visto a Delphine Seyrig. Septiembre
Llevaba un par de meses sin hacer esto. Voy a tirar de opiniones ajenas, que es más divertido. Pero por si a alguno le interesa, mi momento delante de una pantalla favorito del mes ha sido ver en la Filmoteca de Catalunya ‘Daughters of Darkness’, de Harry Kümel, con una fascinante Delphine Seyrig interpretando a la condesa Bathory. La había visto ya, pero verla en cine es otro nivel. Muy recomendada. Era parte del ciclo de esta última, de la cual volví a ver también ‘El año pasado en Marienbad’ después de mil años, y luego la polémica mejor película para Sight and Sound: ‘Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles’ que aún no había visto y que me gustó muchísimo.
Historias extraordinarias: “profound experience, can't wait to see this dude's 15 hour thing”.
Gloria: “Gonna start calling everyone “ya punk”. “Where is her cat?”.
Una canta , la otra no: “VIVA VARDA!!!!”.
Vampyros Lesbos: “Interview with a Vampire si Tom Cruise y Brad Pitt fueran lesbianas”.
Moor Mother, jazz codes: “Black Quantum Futurism”.
El año pasado en Marienbad: “I’m in my liminal spaces era”.
La tumba de Bruce Lee: “Pues sí: una MARAVILLA Aquí algo de info sobre la peli que hemos sacado en La Playa de Madrid: http://www.laplayademadrid.es/archives/10964”. No hay que desaprovechar ni un hueco para hacer promo de tus movidas.
Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles: mirar los comentarios de Filmin ha sido como abrir una grieta al infierno de los hombres “cinéfilos” ofendidos. Si esto ha sido en Filmin, no quiero imaginar como serán los comentarios en Twitter.
El arreglo: “Muy reivindicable pieza de noir ibérico ochentero que va más allá del ejercicio mimético. Bastante mesmerizante el diseño de personajes y el sentido del detalle. El propio director ha subido a Youtube una copia más que decente.” Gracias, Vigilante Podcast, una vez más.
Borat: “…I find the approach to be personally insufferable”. Viendo las reseñas de Letterboxd a todo el mundo parece encantarle. No la vi en su día, y ahora me ha parecido horrible. Aquí alguien han envejecido mal, no descarto que sea yo pero... No, no es para mí.
Daughters of Darkness: “say no to men and yes to glam vamp lesbian femmes 💋”
Shadows: “Fascinating for what it is historically more than what it is in and of itself”.
Ojos sin cara: “I don't care how this ends, I still want 12 dogs”.
Madame X: “Lana Motherfucking Turner…”.
Mención especial para los preciosos títulos de crédito de ‘Madame X’: